En nuestro mundillo hay multitud de conceptos que no están del todo claros. Uno de ellos es el de cómic independiente. En el ámbito estadounidense es un poco más sencillo, ya que el mercado, en principio, parece estar claramente marcado. Por un lado tenemos a DC (Warner bros) y por el otro tenemos a Marvel (Walt Disney). Ahora bien, las compras y fusiones empresariales han hecho que Walt Disney también adquiriese los comics de Star Wars (junto a sus películas, merchandising, etc.).

Bien, hasta aquí parece que todo está relativamente claro. Pero, claro, llegamos a Europa y comienza el lío fruto de las ventas de derechos. Pongamos el ejemplo de la editorial ECC. Esta editorial es, sin ninguna duda, independiente. Al fin y al cabo, ECC no depende de Warner Bros. Sin embargo, comercializa, en gran medida, los productos de la editorial estadounidense. ¿Podemos considerarla independiente? La respuesta parece ser negativa, pero demos una vuelta más.

ECC, sin ninguna duda, está haciendo un enorme esfuerzo para publicar obras de autor. De hecho, tiene una sección dentro de la cual está publicando trabajos que han sido hitos del noveno arte nacional e internacional. Nos estamos refiriendo a obras firmadas por el maestro Alberto Breccia, por los grandes Fernando De Felipe, Dave McKean, Fred, Leo y, recientemente, ha anunciado a José Ortiz. Por otro lado, también está publicando obras del sello Skybound, así como obras que nacieron en el mundo del cómic independiente y terminaron en la industria canónica.

Del mismo modo, Panini Cómics publica el sello Evolution Comics donde se publican trabajos que podríamos determinar como independientes. De hecho, allí encontraremos obras europeas de gran interés tales como Torpedo, la serie Sinalma, trabajos de la editorial Bonelli, etc. Por otro lado, esta editorial también tiene una línea de publicación de obras provenientes del cómic independientes donde encontraremos trabajos de Joe Hill, de Ed Brubaker, de Alan Moore, de Grant Morrison o de Donny Cates, entre muchos otros.

Un tercer ejemplo interesante de esta confusión lo encontramos en la editorial Planeta. Sabemos que ella está haciendo un gran esfuerzo por poner obras de gran interés en el mercado. Así mismo, también está publicando los cómics de Star Wars que, como ya vimos, pertenecerían a la industria.

Por lo tanto, la mejor manera de entender el cómic independiente es aquel publicado en origen por editoriales de menor tamaño. Centrarse en otros aspectos dificulta mucho la delimitación conceptual y nos impide hablar con claridad entre nosotros. Por supuesto, siempre nos podremos encontrar matices, problemas, etc. La cuestión estaría entonces en intentar evitar dogmatismos o posiciones extremistas que no ayudan demasiado.

Por Xiana Martín.